2. EL HOMBRE COMO REALIDAD MORAL (UNDÉCIMO)
-LA ACCIÓN RESPONSABLE DEL HOMBRE
El ser humano no obra de manera inconsciente, sino deliberadamente. Las teorías éticas le permiten fundamentar racionalmente una moral que luego habrá de aplicar en la vida pública. En nuestra vida cotidiana, nosotros como personas podemos tener ideas muy distintas acerca de cómo actuar frente a una situación en particular, ideas además muy distintas de lo que significa llevar adelante un modo de vida moralmente valioso y finalmente, ideas muy distintas sobre el tipo de razones que utilizamos para justificar nuestras decisiones y puntos de vista morales.
La ética, se entiende a la reflexión sobre las acciones morales. Es decir esta es una rama de la filosofía que pregunta que es, cómo se fundamenta, cuáles son los fines de lo moral. Pero, cuando se califica a una acción como moral, esa valoración positiva debe ser fundamentada en argumentos razonables.
El hombre responsable, consciente de sus facultades, de sus derechos y deberes, capaz de elaborar las propias respuestas y saber argüir en favor de ellas. El hombre responsable, que halla tiempo para la reflexión, para pensar, desde distintos ángulos, en las diversas cuestiones que deben definir su actitud y su comportamiento. Sin meditación no hay dirección, sólo hay velocidad. Es imperativo valorar cada instante y aprovecharlo debidamente, para cuando lleguen los momentos de confusión y abatimiento. “Carpe diem”: ¡Exprimir cada día! “El trajín, ha escrito Ángel Gabilondo, potencia la mera conservación de lo que ya ocurre.... Todas víctimas y nadie responsable. Cansados, aburridos, desalentados, rendidos, para mayor gloria de la continuidad”.
Ya que el ser humano es social y libre, también es responsable. Ser responsable es saber que algunos de los actos que realizas tienen consecuencias. Y si hemos dicho que la raíz de moralidad es doble, también lo es la responsabilidad del hombre.
La doble dimensión de las acciones humanas:
1. Dimensión externa. De una forma u otra, las acciones que realiza el ser humano dejan huella en el mundo que le rodea.
2. Dimensión interna. Además de la dimensión externa, esas mismas acciones le realizan a él, le definen, le construyen, le inventan.
La responsabilidad del hombre no es sólo con los demás. No se trata tan sólo de que las acciones que el hombre realice tengan determinadas consecuencias que afecten a los demás, sino de que, porque afectan a los demás, le construyen, le definen en una determinada dirección, precisamente en la dirección en que afectan a los demás.
Además de responsables somos, sin pretenderlo de manera explícita, un modelo para todos los hombres, El que elige, siempre elige lo que para él es mejor y, puesto que si es lo mejor para él, también lo es para los demás, su elección se convierte en paradigma universal.
La amplitud del concepto de responsabilidad es mucho mayor de la que posee en el lenguaje habitual, y esto hace que la vida del ser humano se convierta en una “tarea” que es preciso diseñar personal y críticamente sin dejarse llevar por las modas, los convencionalismos o el qué dirán. Recurrir como excusa a cualquiera de estos elementos u otros para tratar de justificar las acciones que uno realiza no son sino excusas, engañarse a sí mismo y a los demás.
La responsabilidad de la persona supone la atribución de responsabilidades morales (y en su caso jurídicas) a los comportamientos y acciones de la misma. Esto significa que tales actuaciones surgen realmente de la libertad de los individuos, aunque esta pueda estar limitada o condicionada. Si la libertad estuviera totalmente determinada (sea por los dioses o por el destino o, en sus versiones modernas, por la situación económico social o por la estructura pasional...) no tendría sentido atribuir o pedir responsabilidades. Se trataría más bien de constatar hechos y de explicar comportamientos y tendencias. La problemática de la responsabilidad está íntimamente unida al tema de la libertad en el campo ético. Sólo si hay libertad personal, puede haber responsabilidad personal. De lo contrario la responsabilidad quedaría anegada por fuerzas anónimas e impersonales, de cualquier tipo, que gobiernan la vida de los individuos. Unido inevitablemente a estos dos temas se encuentra el tema de la dignidad moral de todas las personas. Si los otros no son personas libres a respetar, o hay categorías y clases de personas (esclavos, pobres, negros, subdesarrollados, bárbaros), no hay tampoco posibilidad de responsabilidad moral. Ante seres inferiores no se responde, no hay responsabilidades; a lo sumo una disposición de respeto por motivos utilitaristas. Esta tríada de temas (responsabilidad, libertad y dignidad) se ha ido abriendo paso lentamente en la historia de la reflexión y del actuar humano. Sin entrar en largas explicaciones históricas, se puede señalar que el desarrollo de la filosofía griega y el impacto del mensaje cristiano constituyeron los ejes configuradores de esta perspectiva. El despliegue de una reflexión personal más allá de lo admitido convencionalmente, la responsabilidad de la libertad humana ante Dios y la dignidad de todos los hombres, constituyeron planteamientos dinamizadores absolutamente decisivos. Evidentemente hablo desde nuestra cultura occidental, que ha resultado históricamente determinante, sin menospreciar otras concepciones culturales que también han realizado sus aportaciones en este sentido, y que convendría estudiar con más profundidad y detenimiento.
Responsabilidad significa responsabilidad de alimentación, de educación, de sanidad, de convivencia democrática... Certeramente señalaIgnacio Ellacuría: “No se puede querer rectamente ningún bien particular y ningún derecho, si no se refieren ese bien y ese derecho a conseguir el bien común de la humanidad y la plenitud del derecho. Ahora bien, en un mundo dividido y conflictivo, no radicalmente por las guerras, sino por la injusta distribución de los bienes comunes, esa comunidad y esa humanidad no es estática ni unívoca, por lo cual debe ponerse en vigor el principio de lo común y de lo humano sobre lo particular. Eso se logra dando prioridad teórica y práctica a las mayorías populares y a los pueblos oprimidos, a la hora de plantear con verdad, con justicia y con justeza el problema de los derechos humanos”.
Cuando reflexionamos sobre la responsabilidad humana aunamos la razón y la voluntad. Es necesario movilizar ambas para actuar responsable y eficazmente. Pero también debiéramos movilizar, con todas nuestras fuerzas, la esperanza. De lo contrario, la inmensidad de la tarea y la dificultad de realizarla pueden hacerse insoportables. También hay que reivindicar una razón para la esperanza o una razón esperanzada. Jean Ladriére señala acertadamente: “Llamado a afrontar grandes riesgos, el hombre contemporáneo se ve, al mismo tiempo, portador de un inmenso movimiento, que sigue siendo parcialmente oscuro en sí mismo, pero respecto al cual presentimos que se puede abrir hacia grandes pasos del espíritu. Hay una incertidumbre y nuestro destino está confiado a una libertad, pero también tenemos el socorro y la asistencia de la esperanza”. El que no tiene esperanza (no una esperanza ingenua o infantil, sino crítica), ¿cómo podrá evitar la sumisión al realismo más banal, más dogmático, más conservador en suma? Sólo quien posea esta esperanza o quien la desee, tendrá posibilidades de descubrir nuevos sentidos, brechas de luz, horizontes de emancipación que puedan conducirle hacia la acción humanizadoras.
El desafío que se nos lanza es el de recrear nuestras culturas, nuestra civilización, desarrollando sus posibilidades humanizadoras y combatiendo sus prácticas deshumanizadoras y opresivas. Una esperanza fundamentada y crítica debe movilizar el dinamismo del pensamiento y de la práctica, el dinamismo de la responsabilidad humana. Quizás fuera necesario recordar estas palabras de Dostoievski: “Todos nosotros somos responsables de todo y de todos ante todos, y yo más que todos los demás”.
La responsabilidad es cumplir con todos nuestros deberes en el colegio y en el hogar. La responsabilidad es un valor que todas las personas deberían tener desde muy pequeños y deberíamos practicarlo. Con la responsabilidad podemos lograr grandes cosas en el futuro y nos sirve para ser grandes personas.
CONCLUSION
Responsable es aquel que conscientemente es la causa directa o indirecta de un hecho y que, por lo tanto, es imputable por las consecuencias de ese hecho. En la tradición kantiana, la responsabilidad es la virtud individual de concebir libre y conscientemente las máximas universalizables de nuestra conducta. Para Hans Jonás, en cambio, la responsabilidad es una virtud social que se configura bajo la forma de un imperativo que, siguiendo formalmente al imperativo categórico kantiano, ordena: “obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la tierra”. Dicho imperativo se conoce como el "principio de responsabilidad".
La responsabilidad es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo ético. Una vez que pasa al plano moral (puesta en práctica), persisten estas cuatro ideas para establecer la magnitud de dichas acciones y afrontarlas de la manera más prepositiva e integral, siempre en pro del mejoramiento humano, social, cultural y natural.
- LA CONDUCTA MORAL
Conducta moral. Conjunto de acciones de las que tenemos que responder, justificándolas responsablemente. Ser moral o tener una conducta moral significa no solo evitar el mal, sino también hacer el bien. Para ello en ocasiones es necesario tener el valor de enfrentamos al código moral de nuestro entorno cultural...el ser humano decide lo que tiene q hacer en cada situación.
La acción de ser libre y responsable significa que desde nuestra inteligencia respondemos a los estímulos con conductas que elegimos según nuestros criterios y escala de valores responsabilidad trata de construirnos nuestra vida y ser libres los seres humanos por ser libres somos responsables seriamos irresponsables si no fuéramos capaces de vencer el egoísmo.
Los juicios morales son posibles gracias al sentido moral que cada ser humano posee. Este sentido moral es el resultado de los esquemas, normas y reglas que hemos ido adquiriendo y aprendiendo a lo largo de nuestra vida. En primera instancia será la familia, los padres, los abuelos, quienes nos transmitirán esa información y preceptos, luego, las instituciones educativas en las cuales intervengamos y en última instancia el medio ambiente en el cual nos desenvolveremos, el cual también nos irá diciendo e indicando qué está bien, qué está mal, nos guiará sobre lo bueno, sobre lo malo, entre otras cuestiones.
El término Ética, etimológicamente, deriva de la palabra griega "ethos", que significa "costumbre". La ética es la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones que rigen el comportamiento del hombre en la sociedad. Aristóteles dio la primera versión sistemática de la ética.
Es el compromiso efectivo del hombre que lo debe llevar a su perfeccionamiento personal. Es el compromiso que se adquiere con uno mismo de ser siempre más persona".
-EL CARÁCTER SOCIAL DE LA MORAL
Se utiliza generalmente para designar el conjunto de principios ,normas e ideas de una sociedad. esto parte de señalar los hechos concretos que tiene un significado dentro de lo moral.
Encontramos un doble plano que es:
- Plano Normativo: pertenecen todas las normas de vida y reglas de conducta.
- Plano de lo Fàctico: Corresponden actos concretos.
El propósito de la Ética-moral es el mejoramiento de la convivencia social a través del cuidado de la vida y el logro de la felicidad.
la convivencia social: consiste en el respeto mutuo entre las personas, las cosas y el medio en el cual vivimos y desarrollamos nuestra actividad diaria.
Moral: Conjunto de normas, valores, creencias existentes y aceptadas en una sociedad que sirven de conducta y valoración para establecer lo que esta bien y mal.
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